Pbro. Mario Montes M.
Tomado del follero Semana Santa 2020 del Eco Católico
Reunidos en familia, como signo de este día, entre todos coloquen 30 monedas en un plato o se ponen en una bolsa, colocándola en un lugar visible. Comienza la celebración cantando algún canto cuaresmal. Y luego, en silencio, cada uno pide a Dios perdón, sin decir nada.
Luego, hacen todos juntos la siguiente oración:
Señor: Mis manos están extendidas hacia ti, Dios de todos y más si cabe de los humildes, como ofrenda agradecida. Porque cuando repaso la historia de mi vida, descubro que sigues siendo el que acoge a cualquier hora, al no saber nunca rechazar a quien a ti llega. Eres misericordia que no se agota, el Dios que nunca olvida su bondad y mantiene su promesa para siempre. Tu poder es el perdón; por eso te sobran todos los ejércitos, policías o tribunales. Tu brazo nos rescata con la vida, jamás con la fuerza de la violencia, algo también exclusivamente nuestro.
Sólo en ti descanso y tengo paz; sólo de ti viene mi salvación; solo Tú eres la roca de mi esperanza. Déjame, Señor, estremecerme ante lo que eres. Permíteme arrodillarme y desahogar en ti mi corazón. Que pueda adorarte ya cogerte para que me des la vida, y sepa agradecerte con toda el alma, el que hayas hecho a Cristo para mí, para nosotros y para todos; sabiduría, justicia, santificación y redención. Y que, por Él, por su sangre, hayamos recibido el perdón de los pecados. Por Él nos has reconciliado, y has hecho la paz por la sangre de su cruz.
Nos preguntamos y respondemos
Ayer tratamos el tema de la traición, en relación con lo que hizo Judas Iscariote. Hoy nos podemos plantear lo siguiente, a partir de la siguiente reflexión de Luis Ángel Montes Peral:
“La Iglesia y sus miembros en ella necesitamos purificarnos de todo tipo de insulto contra Judas, poniendo en marcha la compasión activa (…)Nada más anticristiano que desacreditar injustamente al que ya de por sí es digno de lástima ¡No somos todos nosotros, “un poco Judas” en algunos de nuestros comportamientos?… ¿No se podría ensanchar esa bondad incondicional, también al caso de Judas, el discípulo y apóstol que eligió un camino equivocado, pero que de seguro siguió muy dentro, las entrañas misericordiosas de aquel, cuyos días acabaron en el madero de la cruz? (tomado del artículo: “Reflexionando con misericordia sobre judas”. (Revista Reseña Bíblica, #103, páginas 56-64)
Proclamamos la Palabra:
Luego, uno de los integrantes de la familia, proclama el pasaje de Mateo 26, 14-25. Seguidamente, el que desee participar, lee una frase o versículo que más le llame la atención.
Luego lo reflexionan un rato entre todos, y responden a las siguientes preguntas:
¿Cuál es el trato que realiza Judas con los sacerdotes y en cuanto se convierte? ¿Por qué 30 monedas de plata? Ver Gen 37, 28; Mt 27, 3-10.
Aquí habla de una fiesta ¿de cuál se trata y que se celebraba en ella? Ver Ex 12.1-8. 11-14.15-18 ¿Cómo vemos que es preparada? Mientras comían ¿qué les anunciaba Jesús a los doce? ¿Cómo reaccionan ellos?
¿Por qué Judas traicionó al Maestro? Ver Mt 26,15; Jn 12, 4.6 ¡lo sabremos del todo? ¿Desearía él realmente la muerte del Señor? ¿Qué enseñanzas, para estos días podemos aprender de estos textos de los Evangelios?

Se termina la meditación haciendo peticiones voluntarias a Dios. Se observan las 30 monedas en silencio y se reflexiona personalmente sobre ellas. Luego todos rezan un Padrenuestro, un Avemaría y con el canto “Quiero ser, oh Señor, instrumento de tu paz”.
Seguimos a Jesucristo hoy
Compartimos en familia un compromiso personal para difundir o dar a conocer la Palabra de Dios.